El debut de Jason Collins con el uniforme de Brooklyn Nets supuso un paso histórico en el deporte norteamericano y provocó la caída de una barrera en la NBA. El jugador se convirtió en el primer profesional en activo abiertamente gay en una de las cuatro grandes ligas norteamericanas, creando un revuelo social y mediático de proporciones enormes. Tanto es así que todo un nombre propio de la Liga como Kobe Bryant quiso también hacerse eco del paso adelante dado por la competición.
“Su impacto es mucho mayor del que la gente piensa. No se trata sólo de prestar atención al contexto de que es un jugador abiertamente gay, sino que hay que fijarse también en el efecto dominó que tiene todo esto mucho más allá del deporte”, explicó Bryant. “Es algo genial. Crea un precedente increíble. La parte más importante es que una persona que demuestra este tipo de valentía da a los demás el mismo tipo de valor. Estamos hablando de niños que tienen miedo a ser ellos mismos por la presión del grupo. Muchos de estos niños tienen problemas de depresión que acaban materializados incluso en suicidios, en niños que se provocan lesiones a sí mismos o que están enganchados a cosas que no deberían”.
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